Muy temprano recibí una llamada de Juan

, un venezolano que deseaba contarme su crónica. Instantaneamente fui a verlo al parque primordial de Puyo, en la Amazonía ecuatoriana. Lo hallé deprimido, de la misma su mujer. «Los pequeños no subsistieron», repitió mientras que sus 2 hijas y una sobrina miraban en silencio. Mientras que se encontraba a puntito de hallarme con ellos, habían recibido confirmación por teléfono de que su sobrino no había logrado atravesar la selva del Darién y que 2 de sus amigos que estaban con él asimismo estaban desaparecidos. Habían iniciado el paso en el mes de agosto de 2022, fui a percibir su crónica. tengo, pero asimismo la experiencia que tuve en el momento en que proseguí exactamente el mismo sendero. Fue tres años antes que estallase la pandemia mundial del Covid 19 que los de venezuela no eran la mayor parte de los miles que hicieron su viaje furtivo a USA.

En este viaje acompañé a migrantes de tres continentes. Jamás escribí lo que viví, pero decidí reconstruir mi experiencia de seis días y seis noches para enviarla de primera mano y argumentar de qué manera es verdaderamente caminar por esta selva. En los días que estuve allí fui conminado de muerte y hostigado por traficantes y conjuntos armados que administran algunos tramos del camino. Me raptaron a lo largo de 19 horas a lo largo de las que sentí que mi vida por el momento no era mía. Vi el cadáver de un extraño en la selva y asimismo personas enfermas, perdidas y desorientadas descuidadas a su suerte. En el momento en que terminé el paseo, había perdido casi todas mis pertenencias.

Distintas caminos para distintas inmigrantes

Varias cosas tienen la posibilidad de pasar antes que un migrante llegue a un juez que examina su petición de asilo. Uno debe comprender la considerable suma de niveles y que no todos prosiguen exactamente el mismo sendero, pero la mayor parte de las situaciones tienden a continuar algunos patrones.

La frontera de EE. UU. está poderosamente observada, con lo que no es muy probable que los migrantes eludan la detención y se dirijan sin ser detectados a Miami, Novedosa York o algún otro rincón donde logren tener amigos o familiares que los acompañen para asistir en el establecimiento. Los coyotes de forma frecuente les dicen a los migrantes que se entreguen a las autoridades, y eso acostumbra ocurrir. Varias personas procuran eludir ser atrapadas dirigiéndose al desierto de Arizona, lo que incrementa los peligros de un viaje ahora largo y arriesgado. La naturaleza puede ser insuperable y varios mueren en el intento. Pero, nuevamente, la mayor parte no prueba esa ruta.

Informe del viaje

Drost y Federico trabajaron en única en este ambicioso emprendimiento a lo largo de seis meses, al tiempo que Villalón administró eminentemente la logística y los contactos del viaje y las fotografías para The Californian Sunday Magazine. La etapa de estudio consistió de tres semanas en el ubicación: una en Capurganá, Colombia; uno hace el paseo migratorio caminando y otro en Panamá. Tras eso, Drost y Federico tardaron entre 2 y tres meses en redactar y modificar los programas de televisión. También, Drost completó el producto para la gaceta tras tres intensos meses de trabajo ininterrumpido.

En la elaboración de esta historia, el nivel de seguridad personal que produjo Drost hacia sus fuentes fue primordial dado el peligro que los migrantes tienen la posibilidad de sentir de ser determinados en un producto periodístico. «Pasar por esta experiencia juntos fue de mucha ayuda», enseña Drost. “Por lo menos para el producto de la gaceta, mi estrategia fue no realizar entrevistas en hondura con los migrantes ajeno, si bien sabía que los precisaría para quien se transformara en el personaje principal de la obra, y debería entrevistarlos para muchas, muchas horas”. Su enfoque en la ruta de la migración se centraba únicamente en saber a la multitud, tener un concepto de de qué forma son y crear una relación con ellos.

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