«21 de septiembre de 1945. Esa fue la noche… que morí». Con este primer diálogo, La tumba de las luciérnagas, película de 1988 producida por Studios Ghibli y apuntada por Isao Takahata, nos captura desde el comienzo; nuestra última película de esta da un giro de «Semblantes de guerra en el cine de animación», el período de julio en Tardes de cine. La persona que pronuncia la oración es Seita, un chaval japonés de 14 años cuyo cuerpo muere de apetito en un tren de la estación fría. Semeja ser el desenlace, y en verdad lo es, solo que de ahora en adelante y en flashback, nuestro personaje principal está a puntito de contarnos su crónica; una historia cierta por la Segunda Guerra Mundial y de la que asimismo forma parte Setsuko, su hermana de 5 años. Los dos, esta noche del 21 de septiembre y también alumbrados por una luz diferente, viajan en tren hacia el pasado; nos llevan unos minutos antes del bombardeo estadounidense de Kobe, su localidad. En ese instante, Seita, Setsuko y su madre se organizan para ir al cobijo. Ella avanza con la promesa de regresar a observarlos después, pero los hermanos no tienen la posibilidad de, se pierden en el caos.Los pequeños subsisten, pero el bombardeo es realmente fuerte. La localidad fue destrozada y cubierta en llamas. Deciden proceder a la vivienda de una tía con la promesa de comprender a su padre, un integrante de la marina de Japón que luchó en la guerra y de quien Seita almacena una fotografía. Conque vuelven a subir al tren y juntos empiezan un duro sendero que transcurrirá entre marzo y septiembre de 1945. Al comienzo, nuestros personajes principales juegan y sueñan, pero próximamente Setsuko, un personaje que conquista por su inocencia, su voz y su sonreír; enfermo. Seita pelea por todos y cada uno de los medios, prosigue resguardando a su hermana y trata de endulzarle la vida. No obstante, la comida escasea, el dinero no vale nada, los aeroplanos intimidan y la multitud ha perdido el sentido de la solidaridad.

Imagen tomada de https://www.filmaffinity.com

Crítica de La tumba de las luciérnagas

La tumba de las luciérnagas es una de esas películas con las que todo el planeta debería ver» La lista de Schidler» o «El pianista» para hablar de los estragos de la guerra.

Si bien su directivo (Takahata) explicó que «La tumba de las luciérnagas no es una película antibélica en lo más mínimo y no tiene dentro esta leyenda».

¿Cuál es el más destacable sitio para poder ver luciérnagas?

Quedémonos un tanto tarde y entremos en estos 5 sitios de todo el mundo donde puedes observar luciérnagas. El país asiático se encuentra dentro de los mucho más sugeridos en el momento de entrenar lo que se llama observación de luciérnagas y Kampun Kuantan de esta manera lo asegura.

¿Qué es el Santuario de las luciérnagas?

– Película Live Action

Con ocasión del 60 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, se memoró la fecha realizando la versión live action de La tumba de las luciérnagas, pero en este ocasión, la historia se centró en las anécdotas de Seita y la tía de Setsuko, uh-huh, esa tía que los trata mal.

No verdaderamente. Por lo menos eso afirmaba Takahata en ese instante, quien afirmaba que si la película fuera antibélica, la multitud pensaría que enseñar las desgracias que hace el enfrentamiento, como hace él en su película, evitaría que sucediese.

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